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La locomotora del oeste

Adolfo Alsina: figura emblemática de la política nacional

  La historia de Chivilcoy está también relacionada con la historia nacional. Y, en 1897, se le impusieron nombres a las calles de Chivilcoy, que hasta ese momento tenían solamente números. Todavía hay muchas que tienen número. Una de esas calles ha perpetuado la memoria de un político argentino: Adolfo Alsina.

   Hijo de Valentín Alsina y de doña Antonia Mazza, falleció el 29 de diciembre de 1877.  Fue nieto del doctor Vicente Mazza, que en el gobierno de Juan Manuel de Rosas desempeñó distintos cargos. Por ejemplo, tuvo a su cargo el juzgamiento de los hermanos Reinafe y Santos Pérez, a raíz del asesinato de Facundo Quiroga, en 1835, en Barranca Yaco. Mazza fue asesinado. No se supo quién lo hizo. Se supone que fue gente de la Mazorca, correspondiente al gobierno de Rosas, por la conspiración que había realizado su hijo.

   Domingo Faustino Sarmiento, dijo de Alsina -quien fue su vicepresidente- que “era un compadrito porteño”. Nunca se llevaron bien con Sarmiento. Hombres muy distintos en su forma de ser y pensar.

   Adolfo Alsina, campeón del autonomismo, quiso siempre mantener a Buenos Aires como capital de la provincia. Se opuso a su federalización. Tan es así que fue el fundador del Partido Autonomista, que luego sale del ámbito de la provincia de Buenos Aires y se transforma en el Partido Autonomista Nacional. El PAN es el partido triunfante, que luego se transforma en Partido Conservador. Podríamos decir que todos los gobiernos de la última parte del Siglo XIX y de la primera parte del Siglo XX –a excepción de los gobiernos radicales- correspondieron a esta tendencia.

   El Partido Autonomista, de ser un partido de avanzada, se transformó en conservador, tradicional, con ribetes de claro derechismo.

   El doctor Adolfo Alsina estuvo en Chivilcoy cuando llegó el ferrocarril, en 1866; fue ministro de Gobierno de Nicolás Avellaneda. Llevó a cabo aquel intento de conquista del desierto mediante avanzadas de fortines y la construcción de la famosa “Zanja de Alsina”. Todavía pueden observarse esos desniveles en lo que era la frontera sur y oeste de la provincia de Buenos Aires. También fue gobernador de la provincia.

   Su figura está unida al famoso Juan Moreira, quien fue su guardaespaldas. El caballo overo que montaba Juan Moreira y la daga que usó en sus andanzas y correrías, se los había regalado Alsina. No pudo retenerlo en Buenos Aires. El comité alquilaba la esgrima de guapo, que imponía respeto. Era un hombre de acción, sobre todo durante aquellos comicios signados por la violencia y el fraude. Eran elementos fundamentales en aquella época. Después Eduardo Gutiérrez lo lleva a las letras. Para algunos es un folletín y para una minoría, una verdadera novela, que fue despreciada por los literatos de cuello duro. Cuando Pepe Podestá le pone letra, diálogos y se transforma en pantomima, en Chivilcoy se convierte en piedra fundamental del teatro nacional. Se estrenó en la carpa de los Podestá – Scotti, frente a lo que era la Biblioteca Popular, en calle Frías, a metros de la avenida Soárez.

   La figura de Adolfo Alsina está aunada a la de Juan Moreira, así como la del “Gallego” Julio estuvo a la de Leandro Alem, como guardaespaldas. “Pero váyanlo sabiendo: soy hombre de Leandro Alem”, dijo Homero Manzi. Se lo hacía decir al “Gallego” Julio, a quien asesinó Ruggierito, que era hombre, a su vez, del Partido Autonomista Nacional.

   Alsina, figura clave en la política argentina, tuvo ribetes de bohemia, fue diputado y compartía ideas con Carlos Tejedor.

Autor: Juan Larrea

1 comentario

jose maria -

como es que puedo saber sus ideas para mejorar el pais...AYUDA X FAVOR!!!