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La locomotora del oeste

Poesías

El corazón de Néstor

Al compañero Néstor Kirchner


El corazón de Néstor late fuerte

y se proyecta en cósmica figura;

aunque es gigante crece en estatura

y en parada feroz vence a la muerte.


En rítmico galope sus latidos,

navegan hacia el alto firmamento

y con acento austral corteja el viento,

el canto terrenal de un pueblo vivo.


Y en el áureo paisaje su guapeza

pasea entre los astros luminosos;

y cual volcán en llamas, desafiante,


en patriótica gesta militante,

el corazón estalla victorioso

y los astros… admiran su grandeza.


José Yapor (1/12/10)

Poeta de tierra adentro

Dedicada a Alberto Cortez

 

¿Y ahora que vas a cantar,

poeta de tierra adentro?...

 

Si le cantaste al camino

y a la bravura del viento;

a aquel abuelo inmigrante,

que un día llegó a buen puerto

y al loco de los castillos,

que al aire lanzó sus sueños.

 

Si le cantaste al misterio

de tu Pampa y su llanura

y hasta al herrero harapiento

de penosa sepultura;

al ausente sembrador

y a la olvidada ternura.

 

Si le cantaste a la vieja

de maternidad frustrada,

que llenó con cien muñecos

esa despoblada cama…

y consumió su vejez

en el banco de una plaza.

 

Si le cantaste a la vida

y al aire de las mañanas;

al amor de rosas negras,

que era todo y no fue nada

y a aquel duende de la calle

que la vida se cantaba.

 

Si le cantaste al velero

que en altamar navegaba

y al río que no era río

sino “una cinta de plata”;

al buen vino y a la copla

que estalla de madrugada.

 

¿Qué más te puedo pedir?...

¡Que siga latiendo tu alma!

 

José Yapor

(Buenos Aires)

27/09/07

Publicada en el sitio www.albertocortez.com

Gorrión eterno

A Juan Di Marco (Tacuara), personaje de Capitán Sarmiento

 

Más que las chapas frías del invierno

y las vías vacías a la vista,

o ese vino que embriaga y no da pista,

¡tu vida vale más, gorrión eterno!

 

Sos eterno gorrión de bajo vuelo,

lento peregrinar, siempre de viaje,

pájaro audaz, urbano personaje

que en andar vagabundo busca el cielo.

 

Y te han llamado Juan y las tacuaras

inspiraron tu apodo a cada paso;

desde el alba temprana hasta el ocaso

tu canto nos despierta y nos ampara.

 

¿Qué será de las calles y el paisaje

si el vuelo de repente se termina?:

el recuerdo andará por las esquinas

y abundarán palabras y homenajes.

 

Y seguirá la historia en tu guarida,

que otrora fue refugio de catangos

y serán las gramillas junto al fango,

testigos solitarios de tu vida.

 

Más que las chapas frías del invierno

y las vías vacías a la vista,

o ese vino que embriaga y no da pista,

¡tu vida es mucho más, gorrión eterno!

 

José Yapor

Junio/04

Carguero

Al país que perdió el tren

 

De tanto en tanto un carguero

p’amortiguar la nostalgia.

Es cierto, no hay pasajeros

ni señales ni campana

y el tren pasará de largo

con barreras levantadas.

 

De tanto en tanto un carguero,

¡no es lo que el pueblo esperaba!

Porque hubo tiempos mejores,

de partidas y llegadas,

que unos poblados andenes

sigilosos contemplaban.

 

De tanto en tanto un carguero

para encender esa llama,

de un pasado productivo

con población ocupada

y trenes surcando rieles

por los Andes y las Pampas.

 

De tanto en tanto un carguero,

es mejor algo que nada.

Convoy de treinta vagones

se perderá en la distancia,

volverá cuando Dios mande,

total... ya no hay cronogramas.

 

 

De tanto en tanto un carguero,

en verdad es casi nada.

Los desgastados durmientes

despiertan de siesta larga,

pero no hay telegrafistas,

catangos, jefes ni guardas.

 

De tanto en tanto un carguero

p’alimentar la esperanza,

del renacer ferroviario

y el despertar de la Patria.

De pueblos que sobreviven

al olvido y a la infamia

y a reaccionarias teorías

del mercado y las finanzas.

 

De tanto en tanto un carguero,

¡no me quiten la esperanza!

¡Yo sé que el tren volverá!...

La ilusión la tengo intacta.

 

José Yapor

7/9/03