Carguero
Al país que perdió el tren
De tanto en tanto un carguero
p’amortiguar la nostalgia.
Es cierto, no hay pasajeros
ni señales ni campana
y el tren pasará de largo
con barreras levantadas.
De tanto en tanto un carguero,
¡no es lo que el pueblo esperaba!
Porque hubo tiempos mejores,
de partidas y llegadas,
que unos poblados andenes
sigilosos contemplaban.
De tanto en tanto un carguero
para encender esa llama,
de un pasado productivo
con población ocupada
y trenes surcando rieles
por los Andes y las Pampas.
De tanto en tanto un carguero,
es mejor algo que nada.
Convoy de treinta vagones
se perderá en la distancia,
volverá cuando Dios mande,
total... ya no hay cronogramas.
De tanto en tanto un carguero,
en verdad es casi nada.
Los desgastados durmientes
despiertan de siesta larga,
pero no hay telegrafistas,
catangos, jefes ni guardas.
De tanto en tanto un carguero
p’alimentar la esperanza,
del renacer ferroviario
y el despertar de la Patria.
De pueblos que sobreviven
al olvido y a la infamia
y a reaccionarias teorías
del mercado y las finanzas.
De tanto en tanto un carguero,
¡no me quiten la esperanza!
¡Yo sé que el tren volverá!...
La ilusión la tengo intacta.
José Yapor
7/9/03
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