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La locomotora del oeste

“…la realidad efectiva que debemos a Perón”

Algunas reflexiones en el 37º aniversario del paso a la inmortalidad del tres veces Presidente

 

   Hoy, 1º de julio, se cumplen 37 años del paso a la inmortalidad del general Juan Domingo Perón, el líder del movimiento nacional y popular que gobernó en tres oportunidades la Nación Argentina.

   Entre los principales logros de sus gestiones, cabe destacar los grandes avances en materia de legislación laboral, las conquistas sociales, los planes quinquenales, el fomento de la industria, la nacionalización de la banca y de las empresas de servicios públicos, la ejecución de miles de obras públicas (diques, carreteras, hospitales y usinas), la construcción de 8.000 escuelas, los planes de viviendas sociales, el impulso a la ciencia y la tecnología, la creación del Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (Iapi), el respaldo oficial a las actividades deportivas, el desarrollo aeronáutico y automotriz, la revolución sanitaria del ministro Ramón Carrillo y el nuevo contrato social que implicó la Constitución de 1949. La nueva Carta Magna, inspirada en el constitucionalismo social, reconoció los derechos de los niños, la mujer y los ancianos, consagró el voto femenino y estableció la potestad del Estado nacional sobre los yacimientos y fuentes de energía (Artículo 40).

   En el plano continental, Perón avanzó decididamente en la integración con nuestras naciones hermanas, retomando el programa inconcluso de José de San Martín, Simón Bolívar, José Martí y José Artigas, quienes proyectaron y anhelaron la Patria Grande Iberoamericana.

   “Nuestro anhelo más profundo consiste en querer que todas las Naciones y hombres del mundo se amalgamen en un solo sentimiento de identidad, cuya comprensión e intensidad nos lleve a la comprensión total de cómo nos necesitamos los unos a los otros, haciendo nacer así esa correspondencia ideal para que el trabajo, el pensamiento libre y la construcción constante sean los derechos humanos que nos acerquen al progreso, a la civilización y a su estabilidad”, expresó en su obra “América Latina, ahora o nunca”.

   Y agregaba: “Debemos cuidar nuestros recursos naturales, con todas las fuerzas posibles, de la voracidad de los monopolios internacionales que los buscan para alimentar un modelo absurdo de industrialización y desarrollo en los centros de alta tecnología, donde rige la economía del mercado. Ya no es posible producir  un aumento en gran escala de la producción alimentaria del Tercer Mundo sin un desarrollo paralelo de las industrias correspondientes. Por ello, cada gramo de materia prima que se dejan arrebatar hoy los países del Tercer Mundo equivale a kilos de alimentos que dejarán de producir mañana. De nada vale que evitemos el éxodo de nuestros recursos naturales si seguimos aferrados a métodos de desarrollo que están preconizados por esos mismos monopolios, que significan la negación de un uso racional de los mismos”.

   Frente a esa amenaza de las trasnacionales, el general sostenía que “en defensa de sus intereses, los países deben propender a las integraciones regionales y a la acción solidaria”.

   En la misma obra, advertía que “no debe olvidarse que el problema básico de la mayor parte de los países del Tercer Mundo es la ausencia de una auténtica Justicia Social y de participación popular en la conducción de los asuntos públicos, sin que ello signifique la violencia o la desorganización que suelen causar las improvisaciones. Todo debe hacerse en su medida y armoniosamente. Sin una verdadera Justicia Social, el Tercer Mundo no estará en condiciones de enfrentar las angustiosamente difíciles décadas que se avecinan”.

   En esta fecha, es oportuno repasar estos conceptos que tanta vigencia tienen en nuestro continente americano y, en particular, en la Argentina de nuestros días. Después de la larga pesadilla neoliberal, que se impuso indistintamente bajo la forma de sangrientas dictaduras y democracias tuteladas, en la última década nuevos aires comenzaron a soplar en la América del Sur, con Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Lula, Dilma, Néstor y Cristina, mientras esperamos que también Ollanta se sume a la gran caravana que lucha por la emancipación definitiva.

   El fortalecimiento del Mercosur, la creación de la Unasur, la proyección del Banco del Sur y el avance en la integración con los pueblos hermanos de Centroamérica y el Caribe, son acciones que se encaminan a la construcción de una verdadera comunidad de naciones, donde deben ser causas compartidas la defensa de la soberanía territorial y de los recursos naturales; el rechazo a cualquier intento desestabilizador; la distribución justa de la riqueza; la vigencia de los derechos humanos; el respeto por los pueblos originarios y la cooperación económica, educativa, científica y tecnológica.

   En estos días, en los que asistimos a un debate sobre temas medulares de la vida nacional y regional, es necesario tener presente el legado histórico de Juan Domingo Perón y reconocer la vigencia de su pensamiento y su obra.

   Mientras el poder concentrado intenta recuperar terreno a través de sus voceros mediáticos, apostando a darle oxígeno a una oposición que se desgrana en su mediocridad y sus interminables pujas internas, el desafío es profundizar el modelo nacional, popular y democrático que lidera la compañera Cristina Fernández de Kirchner.

 

José Yapor

 

1 comentario

Chelo -

Qué visionario!
Describe detalladamente el escenario de 2011. para Latinoamérica (y el mundo?). Por eso en Chivilcoy el acceso más bello se llama Juan Domingo Perón.
Hermosa nota!