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La locomotora del oeste

Comentario inicial del ciclo 2011

 

   Hace dos años dábamos nuestros primeros pasos y en nuestra presentación convocábamos a la esperanza. No era fácil hacerlo, en un contexto en que el mundo se debatía en una de las más profundas crisis económicas de las últimas décadas. Y en ese desafío, decíamos que había que tener esperanzas, si… esperanzas… porque vivimos en un continente que no quiere seguir siendo furgón de cola o patio trasero de ninguna potencia imperialista.

   Esperanzas porque cuando los pueblos toman conciencia de sus destinos, nada ni nadie los puede detener.

   Esperanzas porque hay vida. Y si hay vida hay sueños, proyectos, debates y utopías.

   Esperanzas porque hay obreros que recuperaron fábricas y hoy las están haciendo producir con éxito.

   Porque volvieron al país seiscientos científicos, que quieren seguir investigando en la tierra que los vio nacer.

   Porque, a treinta años del horror, las madres y abuelas siguen luchando y noventa y seis nietos pudieron reconstruir sus propias historias.

   Esperanzas porque apostamos a la memoria y queremos ganarle definitivamente la batalla al olvido.

   Eso decíamos allá por comienzos de 2009. Y un año después, estábamos otra vez en marcha para seguir apostando por la cultura del trabajo, la única que hace grandes a las naciones y felices a los pueblos.

   En marcha, para seguir bancando a la memoria, para que ni el olvido ni la impunidad vuelvan a reinar en estas tierras.

   Para democratizar la palabra, con nuevas voces y nuevos medios, para que nunca más los monopolios mediáticos puedan imponer sus mezquinas verdades y pensamientos hegemónicos.

   Para darle dura pelea al flagelo de la pobreza y la exclusión, objetivo que sólo se conseguirá con un reparto más justo de la riqueza.

Para enfrentar poderosos intereses corporativos, esos que siempre van por más y ahora vienen por todo.

   Para ayudar a entender que Argentina es parte de la Patria Grande Iberoamericana y que su destino está inevitablemente atado a la suerte que corran las naciones hermanas del continente, con quienes debemos construir una verdadera comunidad cultural, social, política y económica.

   Eso decíamos, entre otras cosas, en las aperturas de nuestros dos primeros ciclos. Afortunadamente, siguieron llegando científicos y ya son más de 700. A los represores se les acabó la impunidad y los nietos recuperados superan los 100.

   El proyecto transformador que vio la luz en mayo de 2003 sigue avanzando a paso firme, con más inclusión, más trabajo, más escuelas, más viviendas, más hospitales, más salario y mayor bienestar. Todo a más, nada a menos. Todo ello a pesar de tantos obstáculos y tantos obstaculizadores. Siempre con el pueblo; nunca desde otro lado.

   Volver sobre aquellas palabras que marcaron nuestra identidad en la radio, y renovar nuestro compromiso con esas ideas, es el mejor tributo que le podemos rendir a ese gigante de estos tiempos, que fue el compañero Néstor Kirchner.

José Yapor

(26/12/10)

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