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La locomotora del oeste

“Un pueblo está en riesgo cuando pierde población”

Responde es una Ong que desarrolla acciones y programas tendientes a fortalecer a pueblos del interior afectados por el éxodo. Cerca de 900 localidades lo padecen. Alberto Jacquet, líder de Desarrollo de Recursos, dialogó con La loocomotora


“Responde” es la sigla de Recuperación Social de Poblados Nacionales que Desaparecen, una Ong que trabaja en el desarrollo de programas y actividades orientados a frenar el flagelo del éxodo rural, que afecta a centenares de localidades del interior del país.
Fundada en 1999 por Marcela Benítez, por entonces investigadora del Conicet, Responde “promueve oportunidades sociales y económicas en 600 comunidades rurales que se encuentran en crisis por despoblamiento para que aprovechen sus recursos existentes y hagan crecer a sus pueblos en el marco de su propia libertad, espíritu emprendedor y vocación de superarse”, puede leerse en el sitio www.responde.org.ar.
Para conocer los objetivos, proyectos y realizaciones de esta entidad civil sin fines de lucro, La locomotora dialogó con Alberto Jacquet, líder de Desarrollo de Recursos, en la sede de Responde.

¿Qué significa Responde?

La palabra Responde surgió hace 9 años cuando por iniciativa de la doctora Marcela Benítez, geógrafa de profesión y doctorada en sociología a posteriori, que estaba haciendo un trabajo de investigación en el Conicet acerca de los pueblos rurales que habían desaparecido, planteó a su tutor una pregunta: en lugar de contar la historia de los que ya no están, ¿no podemos tratar de saber qué cosas se pueden hacer desde los propios pueblos, para evitar que lleguen a un punto tal que uno diga que han desaparecido?’. No encontró una respuesta, no encontró en ese momento apoyo en el Conicet, una institución científica que se dedica a investigar pero no a actuar. Eso motivó a que en el año ‘99 creara la asociación, a la que le dio el nombre de Responde tratando de reflejar la problemática que encaraba esta nueva asociación. Responde trata de ofrecer oportunidades a aquellos poblados rurales que tienen menos de 2 mil habitantes y presentan un problema crónico de despoblamiento.

¿Cuándo se considera que un pueblo está en riesgo?

Decimos que un pueblo está en riesgo cuando pierde población, cuando miramos los datos de los censos, los comparamos y vemos que en cada nuevo censo hay menos población que la que había antes. Ese es un dato estadístico y no es subjetivo, porque surge de contar la gente que estaba en cada pueblo. Si hay menos gente es porque ni siquiera se cubrió de acuerdo al crecimiento vegetativo natural que presenta el promedio de las poblaciones argentinas, incluidas las grandes ciudades. Cuando hay disminución en la población, significa que la gente se está yendo, que no hay reposición y si uno lo proyecta en el largo plazo, puede pensar que va a haber un momento en el que el pueblo no tendrá más habitantes. Ahí podremos decir con certeza que el pueblo desapareció. Responde pretende que ese punto no llegue nunca y para eso pide la colaboración de la gente de los pueblos. No va a aparecer porque lo llamen a ayudar físicamente y dar cosas para que la gente esté y viva mejor. Lo que va a hacer es enseñarles cuáles son sus oportunidades, incentivar a la gente del pueblo para que defina sus prioridades y qué cosas sienten que están en condiciones de hacer con sus propias fuerzas, con el apoyo desde lo técnico, lo tutorial y la capacitación de Responde o voluntarios que se sumen a Responde. Es un apoyo para que el pueblo salga adelante por sí mismo. Eso es lo que nos caracteriza y estamos orgullosos.

¿Cuántos pueblos están en estas condiciones?

Comparando las cifras de los censos de 1991 y 2001, hay a lo largo de todo el país 602 pueblos que han perdido población. Además, hay 184 que han crecido pero muy poco. Están en menor riesgo pero no están creciendo. Además, hay 90 pueblos que estaban en el ’91 y en 2001 no fueron captados estadísticamente. Tal vez a algunos no hayan podido llegar por razones climáticas, pero que gran parte de esos poblados ya no están, es real. Estamos hablando de una cifra de 870 pueblos, que estamos permanentemente convocando para que nos hagan llegar información sobre sus características, sus posibilidades y sus recursos. A veces la gente no es consciente que tiene cosas que para terceros, especialmente la gente de las grandes ciudades, son invalorables. Lo que es común en un pueblo pequeño, la tranquilidad, la paz, el silencio, el disfrute de la naturaleza, ver una puesta de sol y escuchar los pájaros, para la gente de la ciudad no lo es y paga para estar ahí. Los ayudamos en la medida en la que ellos hagan llegar información y sus deseos de cambiar su situación de despoblamiento.

¿De qué forma llega Responde a estos poblados?

Gran parte de los pueblos necesita desarrollar algún tipo de programa propio para combatir este problema del despoblamiento. Responde no puede llegar a todos y, aunque pudiéramos, tenemos que empezar por algunos y los otros quedarán para después. Lo que hacemos es convocar a todos los pueblos en los que haya personas interesadas y les decimos que nos hagan llegar una carpeta con información, que está sistematizada en nuestro sitio de Internet. El compromiso que asumimos es recibir la carpeta, analizarla, contactarnos con ellos, averiguar más, darles algunas ideas y preguntarles más cosas como para poder hacernos una idea de las posibilidades que tiene el pueblo de desarrollar alguno de los programas que tenemos en funcionamiento. Por otro lado, una vez que tenemos ese panorama, buscamos una empresa o institución que esté dispuesta a colaborar con Responde financiando, subsidiando o aportando fondos para que el pueblo pueda dar el puntapié inicial. Ellos van a tener que ser capaces de mantener ese programa u otros en desarrollo y crecimiento permanente.

¿Qué programas desarrolla Responde?

Tenemos el primero de los programas que se nos ocurrió que es el turismo en poblados rurales. Tal como lo concibe Responde, no es el turismo rural que uno ve en las agencias de viajes, que propone que vaya a una estancia y vea cómo doman a un potro y cómo hacen un rodeo, propio del spa cinco estrellas. Ese no es un turismo que genere trabajo, ingresos y desarrollo en el pueblo. Alguna gente va a trabajar en la estancia y estará en mejores condiciones que los que no lo hacen, pero el pueblo en su conjunto no usufructúa los beneficios que pueda recibir del turismo. Lo que proponemos nosotros es un turismo donde toda la comunidad es actora del turismo. Pretendemos, y lo hemos logrado, que la gente se organice, ofrezca alojamiento en sus propias casas, que arreglan bajo nuestra tutela para dar buenas comodidades a un turista promedio, usando las habitaciones de los familiares que ya no están porque se fueron a trabajar a una ciudad más grande o a la Capital. En lugar de tenerlas como un santuario, se arreglan y generan un ingreso que para mucha gente importante y, por otro lado, porque ocurre algo muy lindo y es que se genera una interacción, se crean lazos, vínculos con los turistas, porque es como veranear en la casa de un familiar. También, en este programa de turismo en pueblos rurales, se capacita a gente del mismo pueblo para que actúe como guía turístico. Por ejemplo, al que alquila las bicicletas y los caballos, el que lleva a hacer una caminata, el que muestra alguna casa histórica, algún lugar donde haya ocurrido un hecho importante, digno de contar. También se trata de apoyar a la gente que ofrece gastronomía en condiciones de higiene y salubridad, como para que el turista sienta que está bien atendido. Lo que quiere, en general, es ver un paisaje lindo, escuchar alguna historia, dormir bien y tener un lugar donde comer bien y ser bien atendido. No mucho más que eso es lo que hace falta. En los pueblos se puede conseguir y cuando eso se logra, la gente del pueblo se integra en forma casi natural a este proceso del turismo y lentamente se van generando nuevas oportunidades.

¿Qué otros programas?

Por otra parte, tenemos otros programas que apuntan a algo más profundo, que no es tan inmediato en lo económico, pero que en el largo plazo es tan o más beneficioso que el otro programa. Se llama Alas y, a través de este programa, decimos que queremos que las comunidades rurales se creen alas a la cultura, a la educación, a la imaginación, a la esperanza. Tratamos de conseguir que se construya con la participación no sólo de la comunidad, en términos de la gente del pueblo, sino además con la participación de la intendencia o la delegación municipal, un centro socioeconómico-cultural. Pretendemos que tenga un museo, donde se recupere la historia del pueblo; una biblioteca, donde los jóvenes y también los adultos practiquen la lectura en forma sistemática como medio de generar cultura; un centro informático, al que llamamos aula virtual, para recibir información y eventualmente cursos de capacitación o educación formal y, en una etapa futura, les pueda servir para vender sus artesanías o productos propios mediante el comercio electrónico. Además de esto, un salón para actividades sociales para que la gente tenga un espacio donde hacer sus reuniones familiares, sociales, de baile folclórico, costura o de lo que necesiten y puedan hacer. En los casos en que este centro se instrumenta en un pueblo que también tenga el programa de turismo en pueblos rurales, lo que intentamos es que la oficina de turismo también esté integrada ahí.

¿Tienen algún emprendimiento educativo?

Otro de los programas es el de educación secundaria a distancia. Nos dimos cuenta que, en general, en todo el país hay adultos que no han podido completar su educación secundaria. Aunque haya secundario en el pueblo, que no es frecuente, no tienen posibilidades de ingresar porque la edad límite son los dieciocho años. Estamos haciendo un programa de tipo experimental en una población rural en Río Negro, donde a través de internet se envían los contenidos. Se está cursando un bachillerato para adultos a distancia, utilizando tecnología moderna. La localidad se llama Ñorquinco y está a 80 kilómetros de El Bolsón, camino difícil, de precordillera. El pueblo está muy aislado y 40 pobladores querían hacer el secundario y no tenían la posibilidad que se instalara un secundario para adultos en el pueblo. Empezamos a hacer la prueba piloto, están haciendo su segundo año. Hay dificultades, pero eso era previsible y nos sirve para diseñar un modelo para diseñar el bachillerato para adultos a distancia, con formas de salvar estas dificultades que ellos, por ser los primeros, nos enseñaron qué hay que tener en cuenta para hacer una cosa similar.

¿De qué se trata el programa de voluntariado extranjero?

Un programa que estamos lanzando en este momento es el de voluntariado extranjero, internacional, donde estamos tratando de juntar dos necesidades. En el exterior, muchos estudiantes y profesionales tienen un aspecto solidario personal muy importante y quieren enseñar lo que saben y conocer cómo es vivir en una comunidad que tiene dificultades. Prefieren vivir un tiempo en un pueblo para conocer su realidad en lugar de disfrutar de los lugares turísticos clásicos. El programa trata de ligar la necesidad de los pueblos con el deseo de los voluntarios extranjeros. Lo lanzamos el 5 de diciembre, que es el Día del Voluntariado Internacional, y estamos generando contactos para que los voluntarios vayan a pueblos que ya conocemos. Se puede dar un intercambio, por ejemplo, entre clases de inglés y enseñanza de cocina de la zona. La gente del pueblo pierde la sensación de que nadie se acuerda de ellos y el voluntario extranjero se saca un montón de ideas preconcebidas que tiene sobre lo que es la gente en un pueblo del interior de la Argentina y tiene esa experiencia muy presente para el momento en que en su empresa salga la posibilidad de hacer un negocio con Argentina.

Finalmente, ¿qué objetivo tiene el programa Enseñemos nuestros oficios?

Otro programa muy ligado a esto, de transmisión de saberes, se llama Enseñemos nuestros oficios. Los jubilados que se anotan para enseñar, participan en talleres breves de capacitación inicial en oficios y permiten que la gente de los pueblos tenga acceso a conocimientos en albañilería, carpintería, electricidad, mecánica automotriz, pero también macrame, tejido a dos agujas, pintura sobre tela, cocina… Se han dado alrededor de 60 y pico de talleres en estos últimos dos años en la provincia de Buenos Aires. Me acuerdo de Bagdala y Francisco Madero (Pehuajo), Arroyo Dulce (Salto), San Francisco de Belloq (Tres Arroyos), Ramos Otero (Balcarce) y también en varias localidades de Mendoza. Tratamos de transmitir a la gente que no está todo perdido, que hay posibilidades y que se tienen que dejar abatir por esta sensación de que ya está todo dicho y nadie se acuerda de nosotros.

Entrevista realizada por José Yapor en enero de 2009

Los medios de contacto de la Ong Responde son:

Teléfono gratuito 0800-777-832567
Sitio de Internet: www.responde.org.ar
correo: responde@responde.org.ar

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