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La locomotora del oeste

Opinión

“Cuando los pueblos están en las calles, conseguimos ganar las luchas”

Mercedes Meronio, integrante de Madres de Plaza de Mayo, reivindicó “los proyectos que tenían nuestros hijos” y denunció que continúan en funciones “más de 400 jueces de la época de la dictadura”.

Mercedes Meronio, integrante de Madres de Plaza de Mayo, destacó que la Asociación está trabajando “en todos los proyectos que tenían nuestros hijos. Dejamos a los abogados que hagan los juicios, porque hay que poner presos a los asesinos, pero seguimos todo lo que nuestros hijos querían hacer. Creemos que es la mejor forma de homenajearlos y se puede, porque si ellos murieron por esto, pues nosotros vamos a conseguir que la gente tenga casa, que los chicos vayan a la escuela, que no tengan hambre”, subrayó.
Mercedes dialogó con La locomotora al término de una de las habituales rondas de los jueves. Apuntó contra “los que piden mano dura” y, en tal sentido, opinó que “lo que hace falta es comida, porque cuando hay comida no se necesita mano dura. Se necesita darles de comer a los padres para que puedan estar con sus hijos. Así que las Madres estamos en una lucha que no vamos a terminar. Mientras haya una Madre vamos a seguir, porque la lucha nunca se termina y siempre hay algo por qué luchar”, agregó.
“Nosotras tenemos los nombres de más de 400 jueces de la época de la dictadura y los tenemos a todos –advirtió-. Esos jueces eran cómplices y eran los que estaban de acuerdo con ellos. Hoy todavía, para salvarse, ellos hacen eso. Nosotras, como dijo Hebe (de Bonafini) el otro día, vamos a perseguir a sus mujeres en la peluquería y a los hijos en las escuelas y a decirles que son hijos de asesinos. Entonces, así van a saber lo que cuesta y lo que vale. Nosotras tenemos fuerza, coraje y ganas de hacerlo”, aseguró.
“Es muy difícil sacar a un juez, querido –reconoció Mercedes-. Vos viste que los jueces están aferrados a los sillones; están amartillados y es muy difícil sacarlos. Entre bueyes no hay cornadas, digamos. Hay que hacer juicios y hay que hacer cosas, pero si los pueblos queremos… No podemos estar metidos en casa o en el café o haciendo la revolución sentados tomando un cafecito. Los pueblos tienen que estar en la calle. Cuando los pueblos están en las calles, conseguimos ganar las luchas”, enfatizó.
Finalmente, Mercedes Meronio expresó su optimismo por el nuevo tiempo que vive América latina: “Tenemos a un Chávez, a un Evo, a un Correa, a un Lula –que dijo cosas muy importantes- y acá tenemos al kirchnerismo. Hoy, por suerte la Presidenta va a visitar Cuba –es la primera Presidente que va a visitar Cuba- y eso es muy importante. Cuando dicen que en Cuba no hay derechos humanos, ellos demuestran que sí. Los cubanos no mandan armas; mandan médicos y todas esas cosas que son tan importantes para el pueblo”, recalcó.

¡Feliz Día del Trabajador!

En este 1º de Mayo, los que hacemos La locomotora del oeste saludamos a todos los hombres y mujeres que, con su esfuerzo diario, construyen la grandeza de las naciones.

"En la Nueva Argentina, el trabajo es un derecho, que crea la dignidad del hombre, y es un deber porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume".

"No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan".

(Juan Domingo Perón)


"Lo más importante es que cada argentino tenga trabajo". (Néstor Kirchner)


"Hemos generado buen trabajo, trabajo decente". (Cristina Fernández de Kirchner)




El ocaso de los cletos (con minúsculas)

Días atrás, el vicepresidente opositor, Julio César Cleto Cobos, anunció que no competirá en las elecciones primarias convocadas para el domingo 14 de agosto. Este hecho marca la estrepitosa caída del hombre que en una madrugada de julio de 2008, con su voto “no positivo”, impidió que se transformara en ley el proyecto de retenciones móviles.
Mientras desde la vereda kirchnerista por esos días lo calificábamos de traidor, los medios hegemónicos le dedicaban generosos espacios, las encuestas hablaban de un supuesto pico de popularidad y todo el arco opositor celebraba aquella decisión que ningún gobernante quisiera sufrir en carne propia. En su homenaje, la siempre lista Sociedad Rural Argentina bautizó “Cleto” al primer reproductor que ingresó a la expo de Palermo y algún “creativo” tuvo la idea de reemplazar las dos “o” del apellido por figuras con forma de huevos (los disparates estaban a la orden del día).
Desde ese momento, el mendocino pretendió marcarle la agenda al Ejecutivo y en cuanta oportunidad tuvo volvió a salirse con las suyas, como en aquel otro desempate a favor del 82% móvil, que irresponsablemente buscaba desfinanciar al sistema jubilatorio.
En nuestros dos primeros ciclos radiales, nos ocupamos de evaluar sus reiteradas conductas y en una ocasión citamos un fragmento de “Conducción política”, la magistral obra del general Juan Domingo Perón, que a Cobos le calza justo.

Decía Perón sobre los “cletos” de la política que en todo tiempo y lugar existen:

“Normalmente existen dos clases de dirigentes: los que trabajan para el movimiento y los que pretenden hacerlo ‘pro domo sua’. Los primeros son los que triunfan. Los que sólo van tras ventajas personales, pueden obtenerlas en forma circunstancial pero, a la larga, sucumben víctimas de su propio mal procedimiento, porque la gente sabe discernir entre los que simulan y los que realmente valen, y la política es un juego ‘a la larga’. En los tiempos que vivimos, la mejor política es la honestidad. El dirigente vale por la honestidad de sus procedimientos. Los que proceden bien, a la larga tienen el premio de su honestidad. Aunque la política es un ‘juego de vivos’, en el que suele ganar el que durante mayor tiempo pueda pasar por tonto, en caso alguno es a base de trampas. El político fullero suele tener el mismo fin de todo jugador fullero: termina siempre en Villa Devoto. La política no es un juego con ventaja; es un juego entre caballeros, en el que se gana porque se juega mejor y no porque se tiene la perversa habilidad de hacer mejor una trampa”. (de “Manual de Conducción Política” – CS Ediciones – Pág. 371).

El comienzo, desarrollo y desenlace de la historia referida hablan de la vigencia del pensamiento y la obra del fundador del justicialismo. Siempre es bueno recordarlo por si algunos desprevenidos no han tomado nota. Si no… ¿pregúntenle a Cleto?

Autor: José Yapor

24 de Marzo: Memoria, Verdad y Justicia

A 35 años del horror, renovamos nuestro compromiso con los ideales de un país justo, libre y soberano, saludamos los juicios a los responsables del terrorismo de Estado y convocamos a participar de los distintos actos previstos para el jueves 24, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

La Carta Abierta a la Junta Militar, que escribiera el gran Rodolfo Walsh, es uno de los documentos que describe con mayor crudeza el escenario de aquellos años oscuros y dan por tierra con la reaccionaria "teoría de los dos demonios" -sostenida a coro por los medios hegemónicos, los grupos económicos, la jerarquía eclesiástica y la oposición del fenecido Grupo A-, que a esta altura de la historia implica lisa y llanamente una reivindicación de aquel proyecto de entrega y terror.

El 24/3/77, escribía Rodolfo a los comandantes:

1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dictan los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es, asimismo, una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y los partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Bolivia y Uruguay.
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificado de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos y en otros no aparecieron.
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.

¿Qué significa “profundizar el modelo”?

Quienes nos identificamos con el proyecto político inaugurado aquel patriótico 25 de Mayo de 2003, hablamos de la necesidad de “profundizar el modelo”.
En sintonía con ello, metáforas mediante, decimos “que florezcan mil flores”, “nunca menos”, “ni un paso atrás”.
Pero, más allá de estas expresiones tan corrientes por estos días de un año electoral, es necesario reflexionar sobre sus significados.

Si recurrimos al diccionario, encontraremos que para la Real Academia Española “profundizar” significa “hacer más profunda una cosa” y “examinar o penetrar en un tema para llegar a su perfecto conocimiento”. Aunque esta última es la que más se ajusta al tema que tratamos, ambas definiciones son útiles. “Profundo” es, entre muchas otras acepciones, “aquello que no se queda en la superficie, sino que va hasta lo íntimo u oculto de las cosas”.

Si de política hablamos, “modelo” es el conjunto de pensamientos, proyectos y realizaciones que conforman un tipo determinado de sociedad. Así, tuvimos un modelo de desarrollo, crecimiento y justicia social con el primer peronismo y, como contrapartida, otro de desindustrialización, empobrecimiento y exclusión social, con las diversas variantes del neoliberalismo, desde 1955 hasta comienzos de los 2000.
“Profundizar el modelo” significa, entonces, avanzar sobre las cuestiones aún pendientes sin renunciar a los logros tan importantes que se han conseguido. Cabría aquí la metáfora sabatellista que proclama la necesidad de “defender el piso para levantar el techo”.

Un breve repaso por los logros, nos lleva a citar los juicios a los represores, la asignación universal por hijo, la entrega de computadoras a alumnos de escuelas secundarias, la política de desendeudamiento, la recuperación de los fondos jubilatorios, la ley de movilidad provisional, las reestatizaciones de Aerolíneas, el Correo y la empresa de aguas, el regreso de casi 800 científicos, la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la reactivación del plan nuclear, la creación de 4 millones de puestos de trabajo, el otorgamiento de más de 2 millones de jubilaciones, la construcción de más de 1.000 escuelas, la finalización de Yacyreta, la inauguración de la Autopista Rosario-Córdoba, la interconexión eléctrica de la Patagonia, la construcción de nuevas usinas y un número importante de obras de infraestructura básica en todas las provincias. Cómo no mencionar las leyes de medios de comunicación audiovisuales y del matrimonio igualitario. Cómo no referirnos al proceso de integración iberoamericana, con el consiguiente fortalecimiento de instituciones como el Mercosur y la Unasur.

No es poco. No es todo.

Falta todavía incluir a los sectores que conforman el “núcleo duro de la pobreza”, aquellos donde hay hasta tres generaciones que no conocieron el trabajo.
Falta avanzar hacia un sistema impositivo progresivo, donde más paguen los sectores que más tienen.
Falta recuperar YPF para los argentinos, para que la petrolera fundada por Hipólito Yrigoyen y Enrique Mosconi vuelva a ser un vector de desarrollo económico y arraigo poblacional en el interior profundo.
Falta una ley de nacionalización de tierras, hoy en manos de multinacionales y magnates extranjeros.
Falta un programa de repoblamiento del interior del país, que ponga freno a un proceso crónico de migraciones hacia el área metropolitana.
Falta un auténtico programa de desarrollo ferroviario, que incluya la rehabilitación de ramales y la reapertura de talleres.
Falta la reforma agraria, aunque esto no sea del agrado de las patronales agropecuarias, para que tanto el latifundio como el minifundio dejen de ser problemas para la actividad productiva sustentable.
Falta hacer una profunda revisión de la explotación minera, que prohíba las actividades a cielo abierto y el uso de veneno.
Faltan programas de nutrición complementarios a las políticas sociales existentes, que garantices que nadie se quede sin comer en un país productor de alimentos.
Falta seguir avanzando en el combate del trabajo “en negro”, tremendo flagelo social, que condena a situaciones de semiexclusión a muchos argentinos.
Faltan viviendas para las familias que todavía no accedieron a los beneficios del Programa Federal.
Falta un seguro de salud que cubra las necesidades de toda la población, partiendo de la idea de gratuidad y con un fuerte acento en la prevención de enfermedades.
Podríamos seguir, pero esto nos da una idea aproximada de lo que significa “profundizar el modelo” en términos reales.

Es mucho lo que se hizo. Es mucho lo que aún falta.

La única garantía para seguir transitando este rumbo de crecimiento con inclusión social es el triunfo del proyecto nacional y popular en las elecciones de octubre próximo.

No aportarán ninguna solución aquellos candidatos y agrupaciones que , en los ’90 y después, condujeron al país a un estado de total indefensión.

Autor: José Yapor

“Vivimos una etapa de consolidación y fortalecimiento”

Carlos Tomada, precandidato a jefe de gobierno porteño por el FpV, sostuvo que el Pro “está cumpliendo un ciclo que se agota”, en una ciudad que hoy exhibe altos niveles de desigualdad social

El ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, destacó que “estamos viviendo una etapa de consolidación y fortalecimiento de la propuesta del kirchnerismo en la Ciudad de Buenos Aires, que se refleja en los altos índices de aceptación e intención de voto que hoy tiene Cristina Fernández de Kirchner”.
Tomada, precandidato a jefe de gobierno porteño por el Frente para la Victoria, dialogó con “La locomotora” el sábado por la mañana, momentos antes de la recorrida que realizó junto a militantes de su sector por las calles del barrio Presidente Mitre. Minutos antes del mediodía, el secretario de Estado arribó a la sede de la agrupación “La Patria Grande” –ubicada en Superí esquina Balbín-, donde fue recibido por el referente Tito Ypas y un nutrido grupo de simpatizantes.
“Estamos construyendo fuerza política para poder ganar las elecciones y sostener todo un proceso de transformaciones que tienen que llevarse a cabo en la Ciudad de Buenos Aires”, enfatizó el ministro. Entre los principales ejes de su propuesta, enumeró “el rescate de la salud pública, la defensa de la educación pública, el cuidado del medio ambiente y de los espacios públicos. Tiene que ver también con algo tan simple como procurar que los habitantes de esta querida ciudad sean un poco más felices todos los días”, agregó.
Carlos Tomada evaluó que el gobierno macrista “está cumpliendo un ciclo que se agota, enredado en ineficacias, en un abandono de lo público y en un hartazgo por parte de la ciudadanía porteña, con relación a expectativas que no cumplió, que motivó que las promesas de campaña fueran fracaso de gestión”. El precandidato denunció que la ciudad “está exhibiendo un nivel de asimetría, de quiebre y ruptura social muy grande, que hace que sectores importantes –no sólo norte y sur, como era tradicionalmente-, vean muy dificultada su accesibilidad a bienes y servicios”.
“Creo que, en ese sentido, hay que revertir todas las políticas que se han venido implementando en la ciudad y trabajar muy duro todos los días, pero absolutamente todos los días, para lograr una ciudad más equitativa, más solidaria, más plural y más segura también”, sostuvo.
En otro orden, al referirse al importante crecimiento que experimentan muchas ciudades del interior –entre ellas, Chivilcoy- explicó que “cuando escucho estas cosas que confirman lo que uno ve y palpa cuando recorre el país, la verdad es que eso causa una enorme satisfacción, porque es saber que estamos trabajando en un proyecto que plantea un crecimiento económico, pero un crecimiento económico para todos, con empleo, producción, generación de valor agregado y una recuperación importante del aparato productivo, con más empleo y con empleo registrado, como dice la Presidenta”, finalizó.

No pueden “por derecha”

            La derecha no puede por derecha –ironía del destino- y apela a todos los recursos a su alcance para crear un clima enrarecido, que contribuya a debilitar al gobierno nacional.

            Cuando hablamos de la derecha, aludimos a ese bloque ideológico que representa al poder económico concentrado, que recuerda con nostalgia los oscuros años de la dictadura cívico militar y del neoliberalismo de los 90.

            Esa derecha tiene su versión patronal en entidades como la Asociación Empresaria Argentina, la Unión Industrial Argentina y la Mesa de Enlace agropecuaria.

            Tiene su expresión multimediática que, con el Grupo Clarín a la cabeza, se encarga de construir una realidad informativa hecha a la medida de sus intereses. En esa lógica, todo aquello que pueda reportar algún rédito para el oficialismo, pasará a un segundo plano, será seguido por un “pero” o, simplemente, invisibilizado. Por el contrario, todo lo que lo pueda erosionar, se potenciará.

            Tiene su versión sindical, encarnada en figuras como los llamados gordos, el gastronómico Luis Barrionuevo y el conductor de las 62 Organizaciones, Jerónimo Venegas.

            Tiene su pata clerical, en exponentes como los monseñores Jorge Bergoglio, Héctor Aguer y Jorge Casaretto.

            Y, por supuesto, su pata política en un variado menú de opciones que incluye a procesistas, cívicos, macristas, duhaldistas y ex aliancistas. Los mismos que participaron de la fallida aventura legislativa del Grupo A que “se fue a la B”.

            Esta última expresión, la político-partidaria, es disciplinada por las corporaciones patronales y mediáticas. Sólo basta recordar la foto de la mesa larga en la última exposición rural de Palermo, donde todos ellos se rindieron a los pies de Hugo Biolcati, y la cena que compartieron para recibir instrucciones en la casa del jefe de Clarín.

            En la jerga popular, “ir por derecha” significa actuar con apego a la ley y las buenas costumbres. En términos políticos, esto se traduce en respetar la institucionalidad, competir en forma leal y aceptar el veredicto popular por amargo que a veces resulte.

            Ellos saben bien que el clima político actual en nada se asemeja al que ayudaron a crear durante el conflicto por la Resolución 125 y que muy poco tiene que ver con el de mediados de 2009, cuando en plena crisis financiera internacional el kirchnerismo sufrió su primer revés electoral.

            Desde entonces, corrió mucha agua bajo el puente. En el Congreso demostraron que son incapaces de elaborar una agenda legislativa superadora y que a lo único que apuntan es a obstruir. El oficialismo demostró que, pese a no controlar las cámaras, puede seguir adelante con la gestión de gobierno y esa gestión hoy puede mostrar logros tan importantes como la creación de más de 4 millones de puestos de trabajo, la nacionalización de los fondos jubilatorios, la implementación de la Asignación Universal por Hijo, un ambicioso plan de obras públicas en plena ejecución, récord de ventas de automóviles, récord de ocupación hotelera en los centros turísticos, récord de cosechas, récord de consumo eléctrico y un crecimiento sostenido de la economía. Y el regreso de 700 científicos. Y los juicios y condenas a los represores. Y la ley de matrimonio igualitario. Y la ley de medios de la democracia, con nuevas voces y nuevos actores. Y el júbilo de los festejos del bicentenario. Y un largo etcétera.

            No pueden y, de ello, son conscientes. Quedó atrás el duro diciembre, con las inducidas tomas del Parque Indoamericano y del Club Albariño, con la inducida pedrada de Constitución, con los inducidos cortes de accesos a la capital.

            Atrás quedó el parate obligado que imponen las fiestas. “Disimulemos un poco. ¡No vaya a ser que resulte tan alevoso!”. Y, por fin, llegó el turno de las patronales rurales, con el anunciado cese de comercialización de cereales y oleaginosas. Esta medida debe leerse en línea con los hechos previos a las fiestas, que recién mencionábamos. Recuérdese que el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, dijo alguna vez que su propósito consiste en “desgastar al gobierno”. Recuérdese el diálogo televisivo entre Mariano Grondona y Hugo Biolcati, donde ambos presagiaron una salida anticipada del poder de la presidenta Cristina Fernández.

            Desgastar, erosionar, obstruir, provocar. De eso se trata y todo vale. Estas acciones serán una constante en este 2011 electoral y, tanto el gobierno como los ciudadanos de buena voluntad, debemos andar rápidos de reflejos para cerrarles las puertas a tantos aventureros, que siguen dando vueltas por ahí como aves de rapiña.

Autor: José Yapor

Comentario inicial del ciclo 2011

 

   Hace dos años dábamos nuestros primeros pasos y en nuestra presentación convocábamos a la esperanza. No era fácil hacerlo, en un contexto en que el mundo se debatía en una de las más profundas crisis económicas de las últimas décadas. Y en ese desafío, decíamos que había que tener esperanzas, si… esperanzas… porque vivimos en un continente que no quiere seguir siendo furgón de cola o patio trasero de ninguna potencia imperialista.

   Esperanzas porque cuando los pueblos toman conciencia de sus destinos, nada ni nadie los puede detener.

   Esperanzas porque hay vida. Y si hay vida hay sueños, proyectos, debates y utopías.

   Esperanzas porque hay obreros que recuperaron fábricas y hoy las están haciendo producir con éxito.

   Porque volvieron al país seiscientos científicos, que quieren seguir investigando en la tierra que los vio nacer.

   Porque, a treinta años del horror, las madres y abuelas siguen luchando y noventa y seis nietos pudieron reconstruir sus propias historias.

   Esperanzas porque apostamos a la memoria y queremos ganarle definitivamente la batalla al olvido.

   Eso decíamos allá por comienzos de 2009. Y un año después, estábamos otra vez en marcha para seguir apostando por la cultura del trabajo, la única que hace grandes a las naciones y felices a los pueblos.

   En marcha, para seguir bancando a la memoria, para que ni el olvido ni la impunidad vuelvan a reinar en estas tierras.

   Para democratizar la palabra, con nuevas voces y nuevos medios, para que nunca más los monopolios mediáticos puedan imponer sus mezquinas verdades y pensamientos hegemónicos.

   Para darle dura pelea al flagelo de la pobreza y la exclusión, objetivo que sólo se conseguirá con un reparto más justo de la riqueza.

Para enfrentar poderosos intereses corporativos, esos que siempre van por más y ahora vienen por todo.

   Para ayudar a entender que Argentina es parte de la Patria Grande Iberoamericana y que su destino está inevitablemente atado a la suerte que corran las naciones hermanas del continente, con quienes debemos construir una verdadera comunidad cultural, social, política y económica.

   Eso decíamos, entre otras cosas, en las aperturas de nuestros dos primeros ciclos. Afortunadamente, siguieron llegando científicos y ya son más de 700. A los represores se les acabó la impunidad y los nietos recuperados superan los 100.

   El proyecto transformador que vio la luz en mayo de 2003 sigue avanzando a paso firme, con más inclusión, más trabajo, más escuelas, más viviendas, más hospitales, más salario y mayor bienestar. Todo a más, nada a menos. Todo ello a pesar de tantos obstáculos y tantos obstaculizadores. Siempre con el pueblo; nunca desde otro lado.

   Volver sobre aquellas palabras que marcaron nuestra identidad en la radio, y renovar nuestro compromiso con esas ideas, es el mejor tributo que le podemos rendir a ese gigante de estos tiempos, que fue el compañero Néstor Kirchner.

José Yapor

(26/12/10)