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La locomotora del oeste

“El Bauen tiene otra historia a partir de nuestra llegada”

“No nos asusta este mercado que rige las normas, que es el capitalismo. Somos capaces de crear cosas alternativas”, aseguró Marcelo Ruarte, integrante de la cooperativa que gestiona el hotel recuperado por los trabajadores


Marcelo Ruarte, integrante de la cooperativa de trabajadores del Bauen, definió al proceso de recuperación del hotel porteño como parte de “un proceso que enmarca no solamente al Bauen” y explicó que si bien “el furor de las empresas recuperadas nace después del derrocamiento de De la Rúa, ya se venían recuperando algunas empresas y eran aquellas que se habían hecho con plata del Estado y que luego el patrón dejaba, con un derrotero de deudas”.
Ruarte denunció que “en el caso del Bauen, hay dos hoteles más hechos por el patrón nuestro, pero el dinero con el que se hizo el hotel nunca se devolvió” y en tal sentido enfatizó que se trató de “un hotel con características estratégicas, que fue parte de un dinero manchado con sangre –decimos nosotros-, porque fue creado para el Mundial ’78. Todos sabemos por qué el Mundial se hizo acá y qué se escondía detrás de ese evento tan grande, ¿no? El Bauen jugó un rol importante, porque nuestro patrón conformó un lobby de cinco personas, cuatro militares y un civil. El civil era nuestro patrón y la línea de crédito salió del Banco Nación, a través del Banco Nacional de Desarrollo (Banade), con intereses blandos. Amén de eso, no importaba lo blando que fuera, porque nunca se pagó nada”, reiteró.
En un encuentro que tuvo lugar en las instalaciones del hotel -ubicado en las inmediaciones de Corrientes y Callao-, Marcelo Ruarte contó a “La locomotora” cómo se fue dando el proceso de recuperación, a partir del vaciamiento realizado por el grupo propietario.

¿Cómo se inició el proceso de recuperación del Bauen?

Al 28 de diciembre de 2001, cuando cierra el hotel, ya veníamos viviendo procesos donde se venía sufriendo achiques de personal, una precarización, con achiques en todos lados, obedeciendo a una política neoliberal que vivió la Argentina y todo el continente.

¿Cómo evaluás este fenómeno de empresas autogestionadas por trabajadores?

El proceso de las empresas recuperadas no solamente es reivindicativo, dignificante, a pesar de ser duro. Si bien el gobierno de ahora no es el de Videla ni el menemista, no nos da todavía la importancia que nos merecemos. Estamos hablando de 5 mil puestos de trabajo directo y otros indirectos. Todavía la Justicia sigue discutiendo la propiedad privada en un terreno, en una situación que no corresponde, porque este lugar dejó de ser propiedad privada y pasó a ser una unidad de producción tomada por los trabajadores. Entendemos que hay una legitimidad y así lo hacemos día a día. Haber acompañado a un patrón –en el caso mío 21 años-, al cierre del hotel en 2001, y cinco años más de cooperativa, nos da a nosotros la legitimidad que no tiene nada que ver con la legalidad. Amparándonos en la Constitución, más allá de nuestro argumento de demostrar en el día a día que somos capaces de llevar adelante una empresa, nos montamos en el derecho al trabajo. A la propiedad privada la defiende el juez y nosotros -150 familias-, desde el Bauen decimos el derecho al trabajo, como marca la Constitución.

¿Se están produciendo casos nuevos?

Ayer estuvimos con unos compañeros de una gráfica de Parque Patricios, 90 familias, que venían trabajando doce horas y de un día para el otro, el 28 de noviembre, cuando volvieron luego del fin de semana encontraron un cartel que les indicaba que la empresa no trabajaba más. Se reflota lo que venía pasando en el 2000 y 2001. Les fuimos a dar fuerzas y a decirles que tienen que constituirse en cooperativa, porque enmarcados en la legalidad los posicionará mejor en la discusión. No hay que abandonar ni salir de ahí, porque empiezan los vaciamientos, la clásica. La Ley de Quiebras es la que implementó la dictadura y mejoró el menemismo. Sigue tan vigente que un patrón, aún siendo lo corruptos que son, tiene la legalidad de cerrarla por improductiva. Lo de 2000 y 2001 se vuelve a reflotar con esta crisis que nos quieren imponer de afuera. Me parece que estamos en condiciones de no caer en esa encrucijada. Ojalá así lo entiendan los políticos, se dejen de romper las pelotas y nos dejen trabajar en plenitud y en libertad.

¿Cuál es el reclamo más fuerte del sector?

Le pedimos al Estado que ejecute esos créditos y tome posesión de estos lugares, porque el mayor acreedor en el Bauen y en las 200 y pico de empresas es el Estado (nacional) o los gobiernos provinciales. Debe ejecutar esos créditos, tomar posesión y darnos un comodato de 10 o 20 años siempre que seamos cooperativa. Hoy la justicia nos sigue acosando y acorralando con este tema del desalojo. Se están juntando otras cosas. Me parece que no hay opción, porque hoy nadie puede quedar en la calle. Después de habernos ganado este prestigio, somos merecedores de seguir predicando esta filosofía distinta, con un pensamiento colectivo y tan necesario, de reflotar los valores éticos en una sociedad a la que le falta el respeto, la transparencia, la honestidad. En estos procesos el trabajador lo pone de manifiesto. En el caso de las empresas recuperadas, no se trata sólo de recuperarlas y hacerlas medianamente sustentables, sino que hay un abanico de posibilidades para incursionar en lo cultural y lo social, para que también impermeabilice la proyección nuestra como trabajadores. Porque si no, perdemos los orígenes, los estribos, y somos los seudo empresarios del futuro.

¿Cómo está funcionando la cooperativa?

En lo estructural no dejamos de ser una empresa. Como nos toca un rubro complejo, en el sentido que el producto que vendemos no es tangible, somos muy cautos. Si bien no tenemos experiencia empresarial, sí conocemos el paño. La gestión interna está bien. Reflotamos las jefaturas, tenemos una presidenta, un tesorero, un síndico y dos vocales titulares. Cada jefatura tiene su responsable, que una vez por semana rinde detalles de su función. Así vamos sistematizando una costumbre que tenía el patrón, pero que es necesaria, vital, en semejante mole. No queremos competir. Hay cosas que hemos aprendido en el tiempo y no nos quita el sueño el hecho de reposicionar al Bauen a lo que fue. El Bauen tiene otra historia a partir de la llegada de nosotros. Tenemos que respetar una mística, una lucha y consolidar un producto hecho a la imagen y semejanza nuestra, sin descuidar los detalles. Que cuando vos vayas a una habitación esté pulcra, las sábanas limpias, el baño totalmente aseado y la carpintería tenga lo que tiene que tener. Ojalá que esto no se trunque. Tenemos un montón de proyectos en nuestras mentes y si el Estado nos acompañara a regularizar nuestra situación, no sería tan insalubre el día a día de estas empresas. Porque no solamente tenés que ocuparte de la gestión, sino de la política, de estar en contacto permanente y apoyar el proyecto que tenemos en el Congreso de la Nación para que de una vez por todas se tranquilice todo y podamos trabajar plenamente.

¿Cuáles son los alcances del proyecto de expropiación?

El proyecto de expropiación del Bauen es un disparador para todas las empresas. Hay empresas que están enmarcadas en utilidad pública pero por dos o tres años. En el caso del Gobierno de la Ciudad, hay como tres empresas a las que Macri logró darles una prórroga. No hay presupuesto para las empresas recuperadas, pero de alguna manera alivia más el tiempo para llevar adelante la gestión de cada una de esas empresas. Tenemos una federación, que la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), que junto a otras federaciones de cooperativas tradicionales vamos buscando la unión para asistir a los compañeros del interior, porque no a todos los va bien. No nos asusta este mercado que rige las normas, que es el capitalismo. Somos capaces de crear cosas alternativas. No estaría demás decir ‘vendamos productos autogestionados’, porque somos 50 mil trabajadores y podemos crear un mercado con un precio justo, pero no un mercado de pobres para pobres sino una economía digna.

Entrevista realizada por José Yapor a fines de 2008, a poco de iniciarse el primer ciclo radial de “La locomotora”. En la actualidad, la modificación a la Ley de Quiebras tiene media sanción de la Cámara de Diputados y en las próximas semanas será tratada por el Senado.



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